Soy Vane Casals. Desde muy jovencita tuve clara mi vocación de trabajar en una profesión de ayuda relacionada con infancia. Antes, se me pasó por la mente ser neurocirujana y hasta economista.


Brevemente, quiero compartir mi historia personal en el ámbito laboral. Recuerdo, cursando BUP, los test vocacionales que nos hacían desde el Dto. Orientación y como salía marcada mi tendencia. Se fue definiendo esa fantasía juvenil en algo más concreto: estudiar educación especial. Dentro de las opciones que tenía en la Isla, era la más cercana a mi vocación. Estos tres años de Universidad (ULPGC) me permitieron contactar con muchos contenidos y abordajes, pero sobre todo, darme cuenta que sentía más afinidad por lo clínico/terapéutico que por lo educativo. Esta sensación se amplió cuando retomé la Universidad para hacer psicopedagogía y quise hacer las prácticas en la Fundación Alejandro Da Silva y en el centro de día del hospital Materno Infantil de LPGC. Allí pude contribuir generando un proyecto de juego para los niños con leucemia y una guía para familias. Mientras, había ampliado mi formación de posgrado en Madrid, cursando Atención Temprana y Psicomotricidad. En esta época, además, tuve al fortuna de conocer a Carmen Pascual de Psicopraxis.


Al tiempo, en 2005, tuve la gran suerte de ser encontrada por el Modelo DIR® y poder empaparme de él en EEUU gracias a Mili Cordero y el acompañamiento de Lorraine Ehlers- Flint y de Cecilia Breinbauer. Desde 2012 soy formadora ICDL del Modelo y lo comparto con mucho entusiasmo y alegría a nivel nacional e internacional.

En este periodo, estuve trabajando en las Escuelas Infantiles públicas y en un gabinete por las tardes. Si, hacia doblete… como muchas hemos tenido que hacer. Cuando fue el momento, me lancé a gestar MOA que nació en abril de 2012. Curiosamente, fue un momento de apertura y también de cierre. Mi madre fallecía en 2013 tras muchos meses de enfermedad. Acompañarla en este camino fue un regalo para ambas y me llenó de tanta energía que me lancé a terminar la tesis doctoral que había empezado allá por 2008 con la suficiencia investigadora. La presenté al límite de plazo en noviembre de 2015 y defendí a primeros de 2016. Así, me convertí en Doctora (doctora juguetes para mis amigas) gracias a la dirección y acompañamiento de Pilar Etopa y de Gabriel Díaz. Desde esos tiempos, he observado como mi ritmo vertiginoso ha ido tomando un tono más equilibrado y he estado aprendiendo a dar lugar al tiempo y a la vida personal. En 2018 me pareció que ya era hora de retomar la formación tras un tiempo sabático merecido y empecé terapia sistémica familiar. Hice 1º y algún día terminaré 2º, porque se me cruzó en el camino la Terapia Gestalt aplicada a infancia y adolescencia. Fue tanto lo que me gustó que, cuando terminé la formación en el Instituto Canario de Psicoterapia, comencé otra formación en el mismo ámbito en Umayquipa (Madrid).

Actualmente, disfruto enormemente de mi vocación, de la docencia y de los nuevos desafíos que me trae el seguir dedicada desde primera línea y que me movilizan para sentarme a estudiar, reflexionar e integrar. También he aprendido a disfrutar del tiempo libre y de las vivencias persnoales que me aporta. Así, me siento un poco ex-workohólica y estoy inmensamente feliz de sentir que estoy cada día más cerca de ese delicado y maravilloso equilibrio.